Los microplásticos fomentan la formación de biopelículas y plantean riesgos microbianos para la inocuidad alimentaria

Los microplásticos y los nanoplásticos son contaminantes generalizados que se sabe que ingresan a la cadena alimentaria y representan un peligro para la salud de los consumidores. Una investigación publicada en Trends in Food Science & Technology no sólo ha demostrado la presencia de microplásticos en alimentos para humanos, sino que también ha demostrado que éstos pueden fomentar la formación de biopelículas que albergan patógenos, lo que lleva a una serie de consecuencias negativas que, en última instancia, pueden afectar la salud humana.

Dado que los ecosistemas marinos y terrestres están plagados de contaminación por microplásticos, las sustancias se absorben inevitablemente a través de la cadena alimentaria, lo que hace que la ingestión sea la principal vía de exposición humana a los microplásticos. Por ejemplo, un estudio diferente realizado en 2022 por investigadores de la Universidad del Este de Finlandia pudo rastrear los nanoplásticos a lo largo de la cadena alimentaria utilizando una técnica novedosa basada en huellas dactilares metálicas para detectar y medir las partículas en los organismos. Los investigadores observaron que los nanoplásticos se absorben a través de las raíces de las plantas; acumularse en las hojas de las plantas que son comidas por los insectos; y, finalmente, se detectan en las branquias, el hígado y los tejidos intestinales de los peces que se alimentan de los insectos.

Debido a la capacidad de los microplásticos y nanoplásticos para ascender a lo largo de la cadena alimentaria y afectar a los humanos, también existen preocupaciones en torno al potencial de las sustancias para actuar como vehículos de bacterias patógenas y representar un peligro microbiano para la seguridad alimentaria. En el estudio publicado en Trends in Food Science & Technology, los investigadores revisaron la evidencia actual sobre el papel de los microplásticos y nanoplásticos en la mejora de los rasgos bacterianos dañinos y su transporte a los humanos, así como la absorción simultánea de microplásticos y patógenos en el sistema gastrointestinal humano.

Los investigadores pudieron confirmar la capacidad de los microplásticos y nanoplásticos para persistir en el medio ambiente, a través de la cadena alimentaria y en el intestino humano. Además, los investigadores identificaron varias interacciones posibles de microplásticos y nanoplásticos con patógenos transmitidos por los alimentos que, en última instancia, pueden afectar la inocuidad alimentaria:

  • Formación de biopelículas en microplásticos y adhesión de toxinas a dichas biopelículas.
  • Aumento de la transferencia horizontal de genes entre microbios en presencia de microplásticos, lo que refuerza la resistencia a los antimicrobianos en los patógenos.
  • Hiperinfecciosidad y aparición de nuevas cepas virulentas en presencia de microplásticos y nanoplásticos.
  • Mayor crecimiento microbiano, virulencia y producción de toxinas en presencia de microplásticos y nanoplásticos.

El estudio también identificó las principales lagunas de conocimiento que existen sobre los mecanismos de los microplásticos y los patógenos en el intestino humano, así como los posibles resultados para la salud. Los investigadores concluyen que los microplásticos recubiertos con biopelícula pueden presentar varios riesgos para la seguridad alimentaria, pero piden más investigación sobre el efecto de los microplásticos en la virulencia y evolución microbiana, la unión de toxinas microbianas a las partículas y el alcance del efecto de los microplásticos en la salud humana en relación con los contaminantes microbiológicos.

Noticia publicada con información de food-safety.com

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